La no renovación del contrato a Carmen Aristegui, para seguir en W Radio, generó un politizado debate sobre la libertad de expresión, la censura y la democracia en México. López Obrador inició una ofensiva para señalar como responsable de la decisión a la Presidencia de la República, mientras que Aristegui dijo a Proceso que no tiene “evidencia de que Calderón haya dado una orden”. La empresa operada por Televisa y el grupo español Prisa sostiene que simplemente no se llegó a un acuerdo con ella.
 
La salida de Carmen Aristegui de la estación W Radio ha generado un amplio debate acerca de la libertad de expresión, la censura y la democracia en México. Después de cinco años al aire, los directivos del consorcio conformado por Televisa y la empresa española Prisa –que edita el diario El País–, no lograron un acuerdo contractual con la conductora. En el extremo, un conjunto de periodistas y el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador han señalado al gobierno de Felipe Calderón de ser el responsable de esa decisión.

¿Se ha silenciado a Carmen Aristegui? En realidad no. Actualmente, ella conduce un programa que lleva su apellido en CNN en Español (cuya emisión del martes 8 de enero al tema de la guerra civil el Kenia y el miércoles 9, sobre el tema del narcotráfico en Tamaulipas) y es colaboradora de la sección de opinión del diario Reforma.

 

La polémica inició cuando Aristegui dijo al aire por W Radio, en su programa del viernes 4 de enero:

“El día de ayer (jueves) se me comunicó que era una decisión tomada no renovar el contrato. La explicación esencial es que el modelo editorial que hemos practicado es incompatible con el modelo de noticiero y de dirección editorial que la propia empresa ha determinado, que ha experimentado en otros lugares y que le ha dado los resultados que la misma empresa espera”.

“De forma prácticamente automática se renovaba el contrato que establecimos; un contrato con cláusulas específicas de relación entre la empresa y la periodista; que ha incluido cosas muy importantes, entre otras, un espacio para la ética profesional, que se estableció como un punto básico de relación profesional”.

“La empresa me notificó que buscaría cambiar las condiciones contractuales en algunas de sus partes, incorporar algunos cambios en el modelo de dirección editorial, para lo cual se me presentó un documento de observaciones y preocupaciones sobre el manejo en esta materia: la conducción, finalmente, la dirección de este espacio informativo. Lo discutimos y quedamos en espera de las propuestas concretas; eso, al final de cuentas, no aconteció”.

 

En un comunicado de prensa, Televisa Radio informó que la decisión de terminar la relación laboral con Aristegui está enmarcada dentro de un proceso de renovación.

“Lamentablemente, tras un año de conversaciones, no hubo posibilidad de un acuerdo entre ambas partes para incorporar a Carmen Aristegui a este modelo en México, basado en el trabajo en equipo y el derecho a la información plural, y que obtiene liderazgo de audiencia”.

 

Según Fernando Mejía Barquera, en su columna Cambio de Frecuencia, de Milenio, el programa de Aristegui en W Radio ocupada el tercer lugar en el horario matutino del Distrito Federal.

“Aunque originalmente el espacio de Carmen Aristegui en Hoy por hoy era el de 2 a 4 de la tarde, fue sin duda en el matutino, de 6 a 10 horas (en el que sustituyó a Carlos Loret de Mola cuando éste se hizo cargo del informativo de las 7 de la mañana en el Canal 2), donde su trabajo se hizo notar más: a finales de 2007 ya se ubicaba en el tercer lugar de los noticiarios matutinos, sólo detrás de Monitor, de Gutiérrez Vivó, y de En los tiempos de la radio, de Óscar Mario Beteta. Pero al margen del rating, el espacio de Aristegui se había significado por incidir en la agenda de temas nacionales y por el tratamiento de asuntos que causaron molestia entre grupos de poder económico, político y religioso”.

 

Aristegui se inició en los medios audiovisuales en un noticiario matutino que conducía Javier Solórzano en Canal, 13 entonces propiedad del gobierno, donde ambos colaboraron hasta antes de su venta al empresario Ricardo Salinas Pliego.

Desde entonces, ha hecho mancuerna con Javier Solórzano: en los programas “En blanco u negro”, de MVS; en “Círculo Rojo”, de Televisa; en “Noticias Canal 52: Aristegui-Solórzano”. También participó en el programa “Primer Plano”, de Canal 11; y condujo durante cinco años el programa “Partidos Políticos”, del Instituto Federal Electoral.

También ha trabajado en las estaciones Radio Educación, FM Globo, Stereo Rey, MVS Radio y Grupo Imagen, donde laboró hasta noviembre 2002. Desde enero de 2003 y hasta el 4 de enero de 2008 la conductora titular del noticiero “Hoy X hoy”, de W Radio. Ese programa se había convertido en el principal espacio de López Obrador y de su llamado “gobierno legítimo”.

Todos los derechos corresponden a los medios y autores citados en las siguientes líneas. Los diversos fragmentos de textos se reproducen con el propósito de documentar este caso de alto impacto que exhibe las prácticas cotidianas en los medios de comunicación y la relación de algunos de ellos con el poder político.

 

López Obrador inicia la ofensiva contra Calderón

El mismo viernes 4 de enero, durante una gira por Hidalgo, el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador señaló al gobierno de Felipe Calderón de ser el responsable de la salida de Aristegui de W Radio. Su contenido ha pasado prácticamente inadvertido en la cobertura periodística de la polémica, aunque es relevante porque el posicionamiento coincide con el argumento de algunos medios y periodistas en relación al tema.

En su sitio de Internet (www.gobiernolegitimo.org.mx) López Obrador divulgó el siguiente comunicado de prensa:

“La derecha panista silencia la voz de la periodista Carmen Aristegui: López Obrador

“Tepehuacán , Hidalgo

“Viernes 04 de enero de 2008

* La salida de Aristegui de Hoy por Hoy es fruto del control que ejerce el régimen sobre el mayor número de los medios de comunicación, afirma

* El Presidente Legítimo de México destaca que en el espacio informativo de Aristegui “se hablaba con la verdad y se transmitían noticias de contenido plural”

* Andrés Manuel López Obrador visitó este día 5 municipios de la región serrana de Hidalgo

 

“Desde la sierra hidalguense, Andrés Manuel López Obrador lamentó que la derecha panista haya silenciado la voz de la periodista Carmen Aristegui y aseguró que la salida de la conductora del informativo matutino Hoy por Hoy es fruto del control que ejerce el régimen sobre el mayor número de los medios de comunicación.

“El Presidente Legítimo de México explicó que los concesionarios de la radiodifusora W Radio, del grupo español PRISA, no quisieron renovar el contrato de trabajo a Carmen Aristegui con el argumento de que el estilo informativo de la periodista era contrario a la línea editorial del mencionado consorcio.

“Al destacar que en el espacio informativo de Aristegui “se hablaba con la verdad, se daba oportunidad a todas las voces y se transmitían noticias de contenido plural”, recordó que Juan Ignacio Zavala, cuñado de Felipe Calderón, fue contratado como asesor del grupo PRISA, después de que se consumó el fraude electoral, con un salario que oscila entre los 30 mil y 35 mil dólares por mes.

“En el segundo día de recorrido por la región serrana del estado, López Obrador hizo énfasis en que los dueños de PRISA hicieron un arreglo con el gobierno espurio de Felipe Calderón, “para que puedan los empresarios españoles hacer negocios en México” y subrayó que la misma empresa no ejerce un periodismo objetivo, profesional y plural.

“A manera de ejemplo, mencionó que el grupo PRISA edita en España el diario El País, que supuestamente es de tendencia izquierdista, pero en la práctica el periódico lo único que hace es defender los intereses de los grandes empresarios españoles con inversiones en México y naciones de América Latina.

“Acompañado por dirigentes estatales y locales del PRD, el Presidente Legítimo de los Mexicanos afirmó que en México no se puede hablar de libertad de expresión, mientras haya un control absoluto sobre los medios de comunicación.

“Con honrosas excepciones, expresó que los periódicos, la radio y la televisión están apergollados al régimen, representando por la derecha panista y resaltó que Carmen Aristegui siempre se caracterizó por defender al pueblo y por hablar con la verdad, en vez de alabar a los gobernantes en turno.

“La última transmisión informativa de Carmen Aristegui en los micrófonos de Hoy por Hoy es muy lamentable, insistió al confiar en que la verdad siempre se abrirá paso y llegará hasta el último rincón de México, a pesar de que se imponga un cerco informativo y se mantenga un control en los medios de comunicación”.

 

Bajo esa misma línea discursiva, la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, encabezada por el ex senador del PAN, Javier Corral Jurado y el periodista Miguel Ángel Granados Chapa (ex candidato a gobernador de Hidalgo por el PRD), emitió un comunicado de prensa que es consecuente con la postura de López Obrador (ver: www.amedi.org.mx/spip.php?article930).

“Declaración pública de AMEDI

“Cancelación del noticiero de Aristegui: consecuencia de la concentración mediática

“XEW reproduce un modelo autoritario y mercantilista de la radio mexicana

“Viernes 4 de enero de 2008

“- Golpe a la pluralidad, la libertad de expresión y la democracia en el país-

“La cancelación del noticiero de Carmen Aristegui en W Radio es una pésima noticia para la vida pública y la democracia en México. En los años recientes, con perseverancia y profesionalismo, ese espacio radiofónico se convirtió en referencia indispensable para conocer asuntos, enfoques y voces que no siempre tenían cabida en otros medios de radiodifusión.

“La decisión del grupo PRISA en México, que administra los contenidos de las radiodifusoras de Televisa, confirma los riesgos que ocasiona la concentración de muchos medios en pocas manos. El acaparamiento de frecuencias radiofónicas y televisivas en unas cuantas empresas se ha convertido en uno de los diques más importantes para el desarrollo de la democracia en este país. Esa concentración puede significar restricciones para la libertad de expresión como la que, en la práctica, está ocurriendo con la supresión del programa de la periodista Carmen Aristegui.

“Tal decisión, por otra parte, es contradictoria con la amplia audiencia que había alcanzado el noticiero matutino de XEW. La empresa ha manifestado que “el modelo editorial” practicado por Aristegui y su equipo de colaboradores resultaba “incompatible” con los parámetros establecidos por PRISA y Televisa. Lo que ha conocido el público que hasta ahora escuchaba ese noticiero era un desempeño profesional, que ha tenido uno de sus principales méritos en sus enfoques críticos y en el periodismo inquisitivo que desarrolla. La apertura a todas las posiciones involucradas en un acontecimiento, el cumplimiento irrestricto del derecho de réplica y una constante interacción con sus radioescuchas, han sido rasgos del periodismo que ejercen Aristegui y sus colaboradores. Es necesario que los directivos de XEW precisen con cuáles de esos atributos profesionales no están de acuerdo y, desde luego, que expliquen cuál es el “modelo editorial” que proponen para la radio que manejan en México.

“Esta decisión es una patente falta de respeto por el interés del público que hasta ahora había tenido esa emisora. En nada se distingue esa actitud del modelo autoritario, ceñido al afán mercantil y a las conveniencias políticas que de él se derivan, que ha sido preponderante en la radiodifusión mexicana. La cancelación del noticiero de Carmen Aristegui ratifica la necesidad de que México cuente con una legislación moderna para la radiodifusión y las telecomunicaciones, que sea capaz de propiciar la pluralidad de contenidos, acotar la concentración mediática y garantizar el respeto a las audiencias.

“Atentamente

“Asociación Mexicana de Derecho a la Información

“Javier Corral Jurado, Presidente del Comité Directivo

“Miguel Ángel Granados Chapa, Coordinador del Consejo Consultivo

“Comité Directivo: Leoncio Acuña Herrera, Dolores Béistegui, Virgilio Caballero Pedraza, Aleida Calleja Nuñez, Mónica Lozano Serrano, Jorge Fernando Negrete, José Agustín Pineda Ventura, Beatriz Solís Leree, Gabriel Sosa Plata, Aimée Vega Montiel.

“Consejo Consultivo: Alberto Aziz Nassif, Jesús Cantú Escalante, Jaime Cárdenas Gracia, Felipe Cazals, José Antonio Crespo, Ricardo Raphael de la Madrid, Denise Dresser Guerra, Daniel Gimenez Cacho, Gustavo Esteva, Néstor García Canclini, María Teresa Gómez Mont, Patricia Ortega Ramírez, Loretta Ortiz Ahlf, Carlos Ortiz Tejeda, Raúl Padilla López, Carlos Padilla Ríos, Francisco José Paoli Bolio, Inna Payán, Elena Poniatowska, Agustín Ramírez, Gustavo Reyes-Terán, Luis Javier Solana, Francisco Toledo, Raúl Trejo Delarbre, Francisco Valdés Ugalde, Ernesto Velázquez Briceño”.

 

Un día antes, el 3 de enero, en la columna política Bajo Reserva, de El Universal, se había dado a conocer el cierre del programa “La verdad sea dicha”, del candidato derrotado en la elección presidencial de 2006, bajo el pretexto de que las nuevas disposiciones legales podrían dar motivo de un reclamo (aunque el programa había pasado inadvertido en los medios). Se publicó:

“Termina López Obrador con su programa de TV

“Nadie le bajó el interruptor. Tampoco hubo complot ni acto de censura. Simplemente se despidió de la pantalla chica. El ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, dio por terminada la emisión de televisión que inició hace dos años en la madrugada. Desde luego, es un secreto el nivel de audiencia alcanzado por el tabasqueño.

“La segunda etapa de La verdad sea dicha comenzó en enero de 2007, con un total de 53 emisiones en ese año. Nos dicen que tenía un costo de 1.2 millones de pesos mensuales. La primera emisión duró entre enero y junio de 2006, periodo de la campaña presidencial.

“El presidente legítimo se ha manifestado en contra de las reformas electorales y ahora dice que no quiere dar motivos para que le reclamen. Por esa razón, él decidió salir de la pantalla. “Debido a causas ajenas a nuestra voluntad, y de acuerdo a los cambios en las disposiciones oficiales, el programa La verdad sea dicha saldrá del aire a partir de enero de 2008”, argumenta la página web de ese espacio televisivo”.

 

El último programa de “La verdad sea dicha” se transmitió el 1 de enero por Azteca 13 (como todos los martes, a las 01:00 horas, tiempo del Distrito Federal). Pero en los medios de comunicación la noticia de la suspensión pasó inadvertida.

 

El domingo 6 de enero, el periodista Miguel Ángel Granados Chapa divulgó una apasionada defensa de Carmen Aristegui en su columna Plaza Pública, publicada en los diarios del Grupo Reforma:

“Disfrazado de un diferendo meramente contractual, al silenciar a Carmen Aristegui los consorcios que manejan la W asestaron un golpe a la libertad de expresión en México. No resulta extraña esa conducta en Televisa, la parte local del acuerdo sobre el que opera la emisora fundada en 1930. Pero contradice abiertamente los principios que permitieron el desarrollo de El País, primera piedra del sólido edificio que es hoy Prisa -la parte española de tal acuerdo-, un diario que desde el temprano posfranquismo ha probado que las libertades de prensa y de empresa no sólo no se excluyen sino que se complementan”.

 

En el sitio de Internet de la agencia de noticias de la revista Proceso, el periodista Álvaro Delgado señaló al presidente Felipe Calderón de ser el responsable de la salida de Carmen Aristegui del programa “Hoy por Hoy” (www.proceso.com.mx/analisis_int.html?an=56262)

“Aristegui: Fue Felipe Calderón

“Álvaro Delgado

“México, D.F., 7 de enero (apro).- Salvo que Televisa y Prisa hayan depuesto su principio fundamental de generar ganancias y estén en vías de convertirse en emporios benefactores, al menos en México, el despido de Carmen Aristegui sólo puede entenderse como una maniobra política pactada con el único que puede compensar las pérdidas –económicas, no de credibilidad– de tamaña decisión: el gobierno de Felipe Calderón.

“Porque el solo sentido común indica que nadie, menos una empresa que tiene el lucro como fin –Televisa y Prisa inobjetablemente lo tienen–, se da el lujo de tomar decisiones a sabiendas de que le generarán pérdidas, traducidas en baja en el rating y menores tarifas en el cobro a los anunciantes, salvo que exista la certeza de que habrá utilidades extraordinarias en otros ámbitos, no sólo en materia de medios.

“Y ya se sabe: el grupo español Prisa –que emplea a Juan Ignacio Zavala Gómez del Campo, cuñado y confidente de Calderón– tiene extendidos intereses en México que van más allá del ámbito editorial, que de suyo le reporta fabulosas ganancias a través de Editorial Santillana, el principal proveedor de libros de texto para la educación pública de México.

 

Y no hay que hacerse tontos: Aristegui no fue echada de W Radio porque el Grupo Prisa la haya abandonado después de ceder a las “presiones” de Televisa, que la abominaba después de que no se alineó en la ofensiva de repudio a la reforma electoral, ni se trata de una decisión que obedezca a la “concentración mediática” y aun a la influencia de personajes exhibidos en una frecuencia de alcance nacional, como los gobernadores priistas Mario Marín y Ulises Ruiz, el cardenal Norberto Rivera o el empresario pederasta Jean Succar Kuri.

“Siendo pertinentes las tres interpretaciones, porque existen hechos de sobra que las acreditan, los que las sostienen pasan por alto un elemento fundamental: Aristegui era aborrecida por Felipe Calderón, particularmente después de las elecciones del 2 de julio de 2006, y era un estorbo para el objetivo de uniformar el cuadrante radiofónico, cuyas voces son las mismas que se escuchan en televisión y en un vasto sector de la prensa escrita.

“Son las voces y las plumas del oficialismo de siempre –los de la era priista trasmutados a la panista– y los del nuevo oficialismo, los que han dado forma a un comportamiento de criticar, a coro, a quienes consideran enemigos de México y de sus “instituciones”, con el único fin de obtener ganancias desde el poder.

“Es decir: pegan para que les paguen.

“Aristegui, como escasos medios y periodistas, no entraba en ese esquema impuesto por la derecha que encabeza Calderón y sus patrocinadores. Y así se lo hizo sentir ese personaje (que quienes lo conocen saben de su talante vengativo) con el circuito de entrevistas que hizo con motivo de su primer año de gestión gubernamental, en diciembre, el mes del golpe.

“El objetivo de acallar desde Los Pinos a Aristegui no era sólo por difundir la información que la planta de reporteros de W Radio enviaba a la redacción central, controlada por personeros de Zavala Gómez del Campo, y que con ella podían trascender el tufo oficialista que exigía por ejemplo el locutor Ezra Shabot (que, dicho sea de paso, no dejó la conducción del vespertino por razones editoriales, sino por la promesa que recibió del PAN para ser consejero electoral y ahí está, al acecho), sino evitar que por su iniciativa siguiera recogiendo información de interés público de medios escritos, como el semanario Proceso, que concita la furia de Calderón.

“Con el país hecho un caos, exhibida la demagogia de su campaña, que sembró de odio el país, Calderón busca evitar que en los medios audiovisuales se difunda información que escurra la gruesa capa de maquillaje y, además de los 3 mil 700 millones de pesos que dispone para publicidad gubernamental, ha resuelto cerrar cualquier resquicio de información a los mexicanos en los medios audiovisuales.

“Calderón ya fracasó y, en su desesperación, se atrinchera en Los Pinos: Nada debe saberse de él, ha dictaminado, y tiene con qué pagar.

“Por eso, la salida de Aristegui de la conducción del noticiario matutino de W Radio no se entiende sin la participación directa de Calderón, quien ofreció mejores negocios a quienes a eso se dedican, los empresarios españoles del Grupo Prisa, cuyo representante en México, Antonio Navalón, fue uno de los primeros personajes que se entrevistaron con él después del 2 de julio de 2006.

“Y los que leemos El País no tenemos duda, ni entonces ni ahora, de qué intereses se estaban defendiendo: Ese periódico, que en España se hace pasar como cercano a la izquierda, tuvo una cobertura posterior al 2 de julio de 2006 absolutamente deleznable que, como dice Lorenzo Meyer, fue casi como La Crónica de hoy, el periódico insignia de Carlos Salinas.

“La colusión de Prisa con Calderón se tradujo, además, en un hecho hasta grotesco: la contratación de Juan Ignacio Zavala, una de cuyas glorias profesionales, además de hacer chistes justamente en el programa de Carmen Aristegui, fue armar en los medios la trama de El Encanto.

“En esa finca de las Lomas de Chapultepec, según el cuñado de Calderón basado en la bruja Francisca Zetina “La Paca”, estaba la osamenta del diputado priista Manuel Muñoz Rocha, mediante el cual Raúl Salinas asesinó a su cuñado José Francisco Ruiz Massieu.

“Pero todo fue un montaje del también panista Antonio Lozano Gracia, el procurador General de la República con Ernesto Zedillo, de quien Zavala Gómez del Campo era el jefe de prensa y encargado de las filtraciones.

“De manera que Zavala, hermano de la mujer de Calderón, podrá decir que nada tiene que ver con el despido de Aristegui –porque estaba en Argentina ejerciendo sus talentos–, pero tiene tanta credibilidad como “La Paca”, y lo que está claro es que, pronto, habrá de verse el pago de Calderón a Prisa. En contratos, claro.

 

“Apuntes

“El panista Javier Corral lo sabe: la “cobardía” del Grupo Prisa, como la llama, no es sólo de Televisa, sino de Calderón y Zavala, sus correligionarios y amigos. ¿O será que Zavala presentará su renuncia a Prisa, inconforme con la arbitrariedad contra Aristegui? ¿Y Calderón la invitará para que ejerza su trabajo informativo en una de las estaciones del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), que se supone son de Estado? ¿O nada hará Calderón para que sea contratada?”

 

El lunes 7 de enero, en el diario Milenio, Ciro Gómez Leyva, ex conductor estelar del noticiario CNI/Canal 40, calificó a Carmen Aristegui de “ambigua” y de falta de “claridad periodística”. Escribió en su columna:

“Aristegui y la ambigüedad

“En 2003 y 2005, Carmen Aristegui me preguntó en su programa si la salida del aire de CNI/Canal 40 se debía a la censura. Le respondí que no, que no había nada heroico, que era consecuencia del pleito de empresas, donde Tv Azteca imponía condiciones aprovechando su peso y mejores alianzas con el poder.

“Carlos Loret de Mola dejó hace poco su programa en W Radio porque consideró que su estilo de hacer periodismo era incompatible con los criterios de organización editorial que querían imponer los nuevos directivos, Javier Mérida y Daniel Moreno. No oí a nadie hablar de censura.

“Carmen se marchó el viernes de la W con argumentos muy parecidos a los de Loret. Quien trabaje en esto la debe entender bien. Ellos dos levantaron de la lona a la estación y tiempo después llegaron unos administradores a exigirles que checaran tarjeta. Pero ahora sí se habla de censura.

“Los más burdos dicen que se trata de un ajuste de cuentas de Televisa. Quien trabaje en esto sabrá también que Televisa no mete las manos en los noticieros de la W. Ni le importan. Asimismo, y sin una prueba, se acusa a Prisa de reprimir a Aristegui con métodos franquistas para ganar una mejor posición de negocios en México.

“Me sorprendió que en esa previsible intemperie de mala leche y mentiras, alguien que sale del aire en el momento más exitoso de su carrera optara por despedirse con un mensaje tan ambiguo. Carmen fue incierta el viernes.

“Daría una gran nota si contara que Prisa le pidió ya no tocar el tema de la ley Televisa, o elogiar o destruir a tal o cual personaje. Pero si sólo se trató de un choque con la burocracia de la W, cuesta entender por qué Carmen ha preferido tomar el camino de la confusión informativa y no el de la claridad periodística”.

 

También el lunes 7 de enero, en Reforma, el analista Eduardo R. Huchim señaló a Juan Ignacio Zavala, cuñado del presidente Felipe Calderón, de encontrarse “entre los directivos de la emisora”. En un artículo intitulado “W”, escribió:

“La emisora W Radio llegó a ser referente informativo obligado en los años recientes, merced a una barra noticiosa en la que alinearon Carmen Aristegui, Carlos Loret de Mola y Ezra Shabot, quienes conducían los noticiarios matutino, meridiano y vespertino, respectivamente. Loret de Mola -quien llevó talento y frescura a esa emisora- dejó su espacio en septiembre de 2007 y Shabot hizo lo mismo dos meses después, y dos semanas más tarde se fueron de “El Weso, un programa duro de roer” Salvador García Soto y Christian Ahumada El duende.

“Buena parte del auditorio veía, con esos antecedentes, que era difícil la permanencia de Aristegui. Resultaba claro que su ejercicio crítico y plural del periodismo disgustaba a alguien de W, propiedad de Televisa y del español Grupo Prisa, lo cual se había evidenciado en particular cuando el noticiario Hoy por hoy fue sacado de la TV satelital en 2006, por un “problema técnico” que se hizo permanente. Y sí, el día del adiós llegó el viernes 4 de enero de 2008, cuando Carmen anunció que el de ese día era su último programa en W.

“En aras de un “modelo” satisfactorio en otros países, W dejó ir a sus exitosos conductores y a una mancuerna clave de El Weso, y en un gran segmento de su audiencia quedará sin remedio la convicción de que se trató de una serie de actos de censura y de agravio a la libertad de expresión, versión alimentada por la presencia de un cuñado del Presidente, Juan Ignacio Zavala, entre los directivos de la emisora. Un hecho extraño, además, en el ámbito del Grupo Prisa, que ha rendido importantes servicios a esa libertad, e incluso en el de Televisa, por su devoción al rating que Aristegui lidereaba”.

 

La coyuntura fue aprovechada por el diputado federal panista Gerardo Priego para invitar a la periodista Carmen Aristegu a reunirse con la Comisión Legislativa de Atención a Periodistas de la Cámara de Diputados. En un comunicado de prensa, fechado el 7 de enero con el número 4036, se divulgó:

“El presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación, Gerardo Priego Tapia (PAN), abrió las puertas de ese órgano legislativo a la periodista Carmen Aristegui, con el fin de analizar su caso y discernir si se atentó contra sus derechos y libertades debido a su salida de W Radio.

“El legislador panista argumentó que existen diferentes versiones sobre la interpretación del trabajo de la comunicadora, “en ese sentido es interesante ver cuál es la interpretación de ella””.

“Hay versiones en el ámbito del medio, y de derechos humanos, sobre la presión de gobiernos estatales, como Puebla, Veracruz, Oaxaca, Tamaulipas, que pudieron haber ejercido presión”, sostuvo el legislador.

“Priego Tapia refirió que ante lo grave de las versiones, “reiteramos la invitación y el respeto a la periodista”. Es una pena su salida del programa radiofónico, es una periodista con una trayectoria larga y una gran mujer, finalizó”.

 

El martes 8 de enero, Reforma publicó una carta de Juan Ignacio Zavala, a manera de precisión sobre el texto de Huchim:

“Sr. Director:

“El pasado 7 de enero en su artículo titulado “W”, el señor Eduardo R. Huchim hace una serie de reflexiones personales sobre la salida de Carmen Aristegui de W Radio. En su texto el señor Huchim menciona que un servidor se encuentra “entre los directivos de la emisora”. Al respecto, y como el señor Huchim no es el único que ha realizado este tipo de comentarios, me permito aclarar lo siguiente:

1. No formo parte de la directiva de W Radio;

2. No manejo las operaciones del Grupo Prisa en México;

3. Salvo en la comercialización del periódico El País, no intervengo en la operación de ninguna de las empresas del grupo en México;

4. Mi función en Prisa se circunscribe al periódico El País. Concretamente mi función es la de gerente de la Edición Global. Este puesto, que no tiene ninguna injerencia en el ámbito editorial del diario, está enfocado a apoyar y coordinar la gestión -administrativa y comercial- de las ediciones internacionales del periódico.

“Sin más por el momento, le agradezco la publicación de la presente para que sus lectores cuenten con la información adecuada.

“Atentamente,

“Juan Ignacio Zavala”.

 

En la misma edición de Reforma, se publicó una respuesta de Eduardo R. Huchim a Juan Ignacio Zavala:

“Sr. Director:

“Tomo nota de la precisión de Juan Ignacio Zavala: no forma parte de la directiva de W Radio sino es gerente de la edición global del diario El País, que sí pertenece al Grupo Prisa, copropietario de esa emisora. Porque tengo una buena opinión del señor Zavala, creo posible que haya sido ajeno a la salida de Carmen Aristegui, pero también reitero lo que escribí: su presencia en el Grupo Prisa y su parentesco con el presidente Felipe Calderón alimentan sin remedio la convicción, en un gran segmento de la audiencia de “W”, de que la decisión de no renovarle el contrato a la prestigiada periodista es un acto de censura y un agravio a la libertad de expresión.

“Eduardo R. Huchim”.

 

El mismo 8 de enero, en el periódico La Jornada, entre otros medios, publicó la versión oficial de los directivos del Grupo Prisa y Televisa Radio. El “balacito”, el encabezado y el sumario de la nota, decían:

“Funcionario de Televisa, “sorprendido” por versiones de censura en medios

“Aristegui se resistió al cambio del modelo de starsystem: directivos

“En reunión con personal de W Radio, justifican decisión sobre la salida de la conductora

“Directivos de W Radio señalaron que Grupo Prisa y Televisa Radio –dueños de la emisora– no le apostarán más a lo que denominaron starsystem, modelo en el que el conductor de noticiarios tiene más peso que la información. A este cambio, dijeron, Carmen Aristegui no se pudo adaptar.

“En una reunión convocada por Javier Mérida, director de Televisa Radio, y Daniel Moreno, director de contenidos de la empresa –cercano al cuñado de Calderón, Juan Ignacio Zavala, así como a Marta Sahagún de Fox–, con todo el personal de Radiópolis, los directivos insistieron en que la salida de la conductora del noticiario matutino Hoy por hoy se debió al rediseño de la estación y no a motivos de censura.

“Asistentes a la reunión revelaron que Mérida se dijo sorprendido de que diversos medios de comunicación y algunos personajes de la política manejaran la versión de que la salida de Aristegui se haya debido a un acto de censura, y aseguró que a la conductora se le permitió hacer su noticiario como ella lo dictara.

“Incluso, aseveró que el nuevo objetivo del sistema de noticias de Radiópolis será colocar “como eje central” de sus contenidos a la redacción y a la jefatura de información, con lo que se homologarían los contenidos, ya que con el modelo anterior cada conductor o programa manejaba su propia agenda de temas.

“Afirmó que pese a que ya existían contratos de publicidad establecidos, en ocasiones Aristegui no los respetaba, ya fuese porque se alargaban las entrevistas o las mesas de debate en su noticiario, o porque regresaba de los cortes publicitarios antes de lo establecido. Por ello, agregó, la estación tenía que cuidar sus finanzas, ya que en el más reciente año W Radio Noticias resintió pérdidas.

“Dijo que de 2006 a 2007 W Radio Noticias obtuvo ingresos por 105 millones de pesos, mientras que los gastos y costos de operación fueron de 129 millones de pesos, por lo que las pérdidas que significa el área de noticias tienen que ser niveladas –dijo– por el resto de las emisoras de Radiópolis, como la Ke-Buena, con “los 40 Principales” y el área de deportes”.

 

El miércoles 9 de enero, se publicó un desplegado periodístico en el cual 39 periodistas, cineastas, escritores y actores lamentan que la voz de Carmen Aristegui “ya no esté”. La trascripción siguiente está tomada de Reforma:

“En una verdadera democracia caben muchas voces.

“La de Carmen Aristegui es muy representativa.

“Como parte de una ciudadanía de radioescuchas lamentamos profundamente que ya no esté.

“No podemos dejar de pensar que su ausencia tiene que ver con la actitud crítica que esta valiente y lúcida periodista ha manifestado.

“Perdiendo la voz de Carmen perdemos nosotros, pierde la W y pierde el proceso democrático mexicano.

“Adriana Barraza

“Alfonso Cuarón

“Ángeles Mastretta

“Carlos Aguirre

“Carlos Cuarón

“Carlos Monsiváis

“Carmen Boullosa

“Denise Dresser

“Elena Poniatowska

“Eugenia León

“Fátima Fernández Christlieb

“Federico Campbell

“Federico Reyes Heroles

“Gael García Bernal

“Germán Dehesa

“Guadalupe Loaeza

“Guillermo del Toro

“Héctor Aguilar Camín

“Jorge Zepeda Patterson

“José Antonio Crespo

“José María Pérez Gay

“José Woldenberg

“Juan Villoro

“Julieta Venegas

“Katia D´Artigues

“Lorenzo Meyer

“Lydia Cacho

“María Teresa Priego

“Maricarmen de Lara

“Marta Lamas

“Patricia Reyes Spíndola

“Rolando Cordera

“Rossana Fuentes Berain

“Sabina Berman

“Sandra Lorenzano

“Sara Sefchovich

“Sealtiel Alatriste

“Sergio Aguayo

“Verónica Ortiz

“Responsables de la publicación: Denise Dresser y Marta Lamas

“Inserción Pagada”.

 

En su columna Itinerario Político, de El Universal, Ricardo Alemán ofrece una lectura diferente de los hechos. Su interpretación puede ser “políticamente incorrecta”, pero también puede tener razón en el señalamiento de que Aristegui “era la cuota” que los dueños del grupo español Prisa y Televisa entregaron a Andrés Manuel López Obrador cuando éste encabezaba las encuestas para presidente de la República. Escribió el miércoles 9:

“En realidad la señora Aristegui era la cuota que los calculadores dueños de Prisa y socios de Televisa Radio entregaron al señor Andrés Manuel López Obrador, desde los tiempos de su arrasadora jefatura de gobierno en el DF. De esa manera, si vemos con cuidado el asunto, podremos descubrir que con Carlos Loret, Ezra Shabot y Carmen Aristegui en la titularidad de los tres más importantes informativos de La W, en el pasado quinquenio los señores de Prisa le apostaron a una barra informativa de equilibrio entre el poder presidencial de entonces, el de los Fox, y el poder de los dos candidatos con posibilidades reales: Felipe Calderón y López Obrador.

“Es decir, que los barones mediáticos de Prisa, los señores De Polanco, prendieron veladoras a Dios, a la Virgen y al Diablo, para mantener un equilibrio entre el gobierno saliente de entonces —y al que mucho le deben— y el potencial presidente que saldría de entre Calderón y Obrador. A esos intereses respondían las barras informativas de Televisa Radio y la permanencia o no de sus conductores.

“Y para los que tengan alguna duda, basta recordarles que cuando AMLO vivía los momentos de gloria de su candidatura presidencial —cuando todos suponían que era irreversible su triunfo—, los señores De Polanco lo buscaron durante semanas por todo el país, en una penosa persecución que los españoles se debieron tragar completa. Luego del 2 de julio —debemos apelar de nuevo a la memoria—, el diario El País fue el primero en cuestionar la cultura antidemocrática de López Obrador.

“Pero ya pasó el 2006, la elección presidencial de ese año, pasaron los tiempos en que medios como Televisa Radio debían anclarse a los centros reales de poder y sobre todo pegarse a los futuros poderes, y por eso los señores de Prisa —como hacen casi todos los concesionarios de la radio y la televisión mexicana— tiraron al piso los andamios que construyeron para agradar al poder en formación durante los años previos a 2006, para iniciar a partir de hoy la construcción de la nueva tramoya para 2012.

“¿Y la responsabilidad social frente a la audiencia? ¿Y el respeto al público? ¿Y el rating? Eso no les importa, ni a los señores de Prisa ni al resto de los concesionarios mexicanos; lo que importa son los negocios con el poder.

“Por eso resulta de risa, ridículo y hasta caricaturesca la polémica que se intenta armar en torno a la libertad de expresión en Televisa Radio y la relación de esa libertad con la salida de sus conductores estelares, como es el caso de la señora Aristegui.

“Dicen los amigos y seguidores de Carmen —que en buena medida son seguidores y simpatizantes de AMLO y lectores de La Jornada— que la “perversa derecha” se confabuló para acallar una de las voces críticas e independientes en México. Y en el bando contrario, dicen los malquerientes de la señora Aristegui —que en buena medida son antiamloístas y simpatizantes de Calderón— que practicaba un periodismo militante, complaciente y carente de autocrítica.

“Y en efecto, pudieran tener razón las dos partes, porque nadie puede negar las habilidades periodísticas de la señora Aristegui, su preocupación por lo social, por los sin voz y los que menos tienen, pero tampoco nadie puede negar que, como el de muchos otros, el suyo es un periodismo de militancia política que incluso era elogiado por uno de los poderes en la plaza pública, mientras que en esa misma plaza ese mismo poder quemaba en leña verde a los que pensaban distinto. Ese elogio era, en realidad, el sello de la casa.

“Pero el problema tampoco es ese, porque los mártires de la libertad de expresión seguirán apareciendo de tanto en tanto según los humores y la desmemoria del “respetable”. El problema está en otro lado, en la inmoral concentración de poder de los grandes grupos de la radio y en una legislación que les permite hacer lo que les plazca, siempre y cuando agraden al poder, sea del partido que se quiera. Lo demás parece circo mediático. ¿Será?”

 

La versión de Carmen Aristegui en Proceso

En su número 1,628, fechado el domingo 13 de enero, la revista Proceso publica una entrevista de portada sobre el tema. “Habla Carmen Aristegui. Una historia de represión”, anuncia. En páginas interiores, la entrevista realizada por el periodista Jenaro Villamil es intitulada: “El acoso, las presiones, el silenciamiento”.

“Todo parece indicar que hay quien pidió mi cabeza y hay quien la cedió. Hay autores materiales y autores intelectuales en esta historia”, dice la entrada de la entrevista.

Según la conductora, los presuntos “autores intelectuales” de su silenciamiento “son directivos de Televisa, integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, concesionarios descontentos con su actitud ante la reforma electoral y funcionarios de comunicación social de Los Pinos, desde donde se le hizo saber que su noticiario “no era un espacio deseable para la Presidencia de la República”.

Para lograr su salida de W Radio, sostiene la conductora, hubo una estrategia de “acoso gradual” después de las elecciones de 2006, por su cobertura de López Obrador y temas como la llamada Ley Televisa, las acusaciones en contra del cardenal Norberto Rivera y debido a “la incomodidad del Ejército y de grupos de poder por su cobertura de los casos de Lydia Cacho y Ernestina Ascencio, entre otros”.

Aristegui señala en la entrevista con Villamil que el esquema editorial pactado con la empresa se comenzó a modificar con la llegada de Javier Mérida como director de W Radio y de Daniel Moreno como responsable de los noticiarios. Eso no había sucedido pese a varias peticiones de Televisa al Grupo Prisa, responsable de contenidos de la estación.

“Existen todos los elementos para pensar que Prisa finalmente decidió, para no romper su sociedad con Televisa, construir una circunstancia de varios meses que fue debilitándome y restándome responsabilidades editoriales, hasta el punto que la llegada de Daniel Moreno significó la salida de Carlos Loret de Mola”, dice Aristegui a Proceso.

 

Un fragmento de la entrevista, casi al final, desactiva los señalamientos que se han formulad en contra de Felipe Calderón, a quien algunos han atribuido la salida de Aristegui de W Radio:

“A Carmen Aristegui también se le criticó por tener un supuesto sesgo favorable a Andrés Manuel López Obrador o a los opositores de Felipe Calderón.

“–¿Se hizo sentir la presión del poder político en su caso.

“–No tengo evidencia de que Calderón haya dado una orden, pero hay un contexto que hace posibles las interpretaciones, las suspicacias o los señalamientos abiertos.

“–¿Solicitó alguna entrevista con Felipe Calderón?

“–La solicitamos en el arranque del gobierno. No fue concedida y luego hubo un tiempo en que él mismo no dio entrevistas a ningún medio de comunicación”.

Tomado de almargen.com.mx

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