Dicen que de chavitos eran tímidos e introvertidos, es más, unos auténticos nerds; por eso, la parte lépera, perversa y contestataria, tuvieron que sacarla a través de los monos. Jis y Trino, digamos que fueron como anillo al dedo, el uno para el otro, porque al alimón crearon toda una fauna de personajes que, hace 12 años, tomaron por asalto a quienes gustan de las tiras cómicas, las cuales, por cierto, no fueron lo mismo desde que el Santos, la Tetona Mendoza y compañía llegaron con su desmadre.
Originarios de Guadalajara, ciudad en donde el conservadurismo ha trascendido, especialmente a últimas fechas, los dos moneros eran como un mal imposible de ser extirpado, al grado que el Santos y sus cuates de aventuras, jamás han sido publicados por aquellos lares, aunque Jis y Trino no dejaron el terruño.
Historias creadas por ambos caricaturistas, sus protagonistas, sin embargo, sí tienen paternidad. Así, por ejemplo, el Santos, el Cabo y los Zombies de Sahuayo fueron paridos por Trino. Mientras que la Tetona Mendoza, el Peyote Asesino y las Poquianchis del Espacio, son de Jis.
Lo bueno es que, es tanta la complementación entre estos artistas, que los rollos que viven sus personajes están en la misma sintonía, tal como lo comenta Trino en entrevista con México HOY:
“¿Guerra de egos? Sí la hay, pero en positivo. Es como pasaba con los Beatles. Si Paul llegaba con una canción chida, John decía: voy a hacer la mía. Es una competencia positiva, creativa, no queremos aplastarnos, queremos lograr algo muy padre, en el momento en el que alguien se sienta menos, vale madre”.
El aspecto sencillo de los dos moneros, sus actitudes reservadas parecen reñidas con el relajo que constantemente vive el incorregible Santos en las tiras: “Los personajes son nuestro alter ego, son amigos, lo que quisiéramos ser y no nos animamos. El Santos tiene esa vertiente del ser humano: totalmente impredecible, un personaje bipolar, de repente es de un modo y luego de otro, no es una cosa en medio, es los extremos.
“Me identifico por eso con él —acepta Trino—, a mí me gustaría ser así: vivir sin miedos, a los extremos. Parece machín, pero la Tetona se lo pone parejo. Luego le gusta el Cabo y se lo tira, de repente es gay, maduro, también un niño. Ser voluble es su virtud”.
El Santos, por la internacionalización
El Santos tiene vida propia. De eso no queda ninguna duda a sus creadores: “Es un personaje que da para mucho y nos rebasa. Si un día ponemos al Santos alegando que apoya al Cardenal en el asunto de la intolerancia, la gente va a pensar que nos estamos pitorreando del asunto”, dice Trino. “Ya no tiene vuelta de hoja, por más serio que lo hagamos. Trascendió. Nos podemos convertir hasta en cristianos y querer dar un mensaje serio y nadie lo va a creer”.
—Es claro que hace 12 años ustedes abrieron brecha para la libertad de expresión de los monos ¿Cómo ves el escenario actual?
—Dan más ganas de hacer cosas, entre más censuren más tenemos que decir. A la mejor ellos no lo saben, pero los censores y moralistas lo único que propician es que nos den más ganas de expresarnos. Por eso lo veo genial, no es el escenario ideal, claro, pero hay que luchar para que la próxima vez, quien quiera decir algo cuente con ese derecho. A pesar de la censura, asumir el chance a equivocarse. Si a alguien le molesta lo que decimos, que no lo vea.
—El panorama político es significativo y refleja la decisión de la mayoría ¿La sociedad quería también las reacciones censoras e intolerantes?
—La sociedad lo que buscaba era un cambio para quitar a los que consideraba ladrones, pero el partido que viene tiene una cuestión moral bastante cuestionable. Si en realidad quieren conservar el poder, deberán cambiar sustancialmente y entender que este país ha crecido a nivel de conciencia.
El pueblo –reitera Trino— quiere un cambio para adelante, no un retroceso, así que si Fox no entiende que los artistas y los medios van abrirse a criticar más al Presidente y la situación política, a hablar más sobre sexo y libre pensamiento, esto vale madre en seis años. Aunque, muchas de esas actitudes son de los achichincles, los que se apropian del poder, y no de la cabeza. A la mejor Fox no piensa así.
Hace más de una década que nació el Santos. En esos tiempos en Guadalajara la gente estaba cerrada a esta apuesta, pero con el tiempo, a los padres de familia —dice Trino— no les ha quedado más que aceptar que los amigos de sus hijos mandaba, incluso por fax, las tiras de Jis y Trino:
“Cuando llegan a decirnos que somos negativos, yo insisto: por qué no mejor se divierten juntos y ven las tiras con sus hijos, todo es sólo chacoteo, lo que no deben dejarlos ver son los talk shows, ahí si están jugando con las personas. Lo nuestro es broma. Si no lo quieren ver así, es que tienen una mentalidad cerrada”.
—¿Cómo ves el futuro del Santos y sus distinguidos comparsas?
—En el extranjero, creo que en otros países se va a comprender y hasta impondrá el modo de hablar a la mexicana, el tono y las palabras. El discurso contracultural puede conservarse fuera de las fronteras. En México no hay un canal de televisión abierta que se animara a hacer esto, tendría que ser uno de cable. Creo en el Santos y si se promociona bien puede ser un éxito.
—¿Y el de Trino?
—Me voy a vivir un rato fuera, a viajar y a ampliar la visión de México desde lejos, de mis tiras desde lejos. Esa experiencia deberá dejarme algo, sé que es una experiencia que me dará para elementos para crear algo.
—¿Qué va a ser de Trino sin Jis y viceversa?
—Lo cierto es que tenemos un proyecto en común, el Santos no sería nada sin ambos, pero los dos tenemos nuestros proyectos por separado y creo que podremos sobrevivir. Ahorita estamos divorciados, pero somos una pareja bien avenida.