“Necesitamos una familia con más padre y una sociedad con más madre. Por lo tanto, no podemos permitir que ninguno de sus miembros abandone su responsabilidad ante el núcleo familiar”.

Así inició Rodrigo Iván Cortés Jiménez, diputado federal panista, su charla con La Nación en torno a la importancia vital de lo que significa fomentar la unidad de la familia, lo que motivó que a partir de este año quede instituido el primer domingo de marzo como el Día de la Familia.

La instauración a nivel nacional de este día es parte del trabajo de los panistas y está encabezado por el Gobierno federal, a través del DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia). También participan gobiernos estatales y la sociedad civil organizada, como el Consejo General de la Comunicación, asociaciones civiles, universidades, medios de comunicación y distintas cámaras.

Además de la coordinación del DIF nacional, en los trabajos de reconocimiento, apoyo, protección y promoción de la institución familiar están involucrados los sistemas estatales y municipales de esta dependencia, en donde el esfuerzo realizado ya no es de bisutería y lucimiento como en antaño.

Ahora, sus representantes realmente trabajan en la promoción del desarrollo integral de la familia, señaló el legislador.

También enfatizó que el 6 de marzo, en que caerá este primer Día de la Familia, no busca ser un día más a conmemorar sino que es una forma de resaltar la importancia del núcleo familiar dentro de la sociedad, y explicó: “Como se vea nuestra familia en su estructura interna es como va a estar la sociedad y, por ende, nuestro país.

“De ahí la necesidad de cuidar a este grupo, que es la fortaleza de la nación. Esto no es sólo un pensamiento o una doctrina, es una realidad. Por ello es que debemos gobernar a favor de la familia”, reiteró Cortés Jiménez.

Derecho a la identidad, un calvario
Dentro del trabajo legislativo, informó el panista, se ha identificado cuáles son los principales problemas que aquejan a la familia mexicana, y para ellos hay propuestas de solución.

Por ejemplo: una de las situaciones que enfrenta la sociedad mexicana es el fenómeno del “picaflor”, que identifica al varón que ejerce su capacidad reproductiva sin responsabilidad.

Lo ubicó como un problema no sólo de México sino de Latinoamérica que repercute en un daño a la familia, en los propios niños y, lamentablemente, recae en las madres.

Todo esto afecta a los niños, explicó el Diputado panista, porque involucra connotaciones psicológicas. El ser humano está diseñado para crecer de manera integral y sana, y requiere de dos referencias: la materna y la paterna. Sin embargo, con el fenómeno del picaflor se ha generado una elevada cantidad de niños sin padre y de madres solteras.

“Tenemos que incentivar la responsabilidad paterna. Decidimos hacerlo a través de una iniciativa que reforma la Ley de Protección de las niñas, niños y adolescentes. Este ha sido parte del trabajo en equipo que hemos realizado algunos legisladores, como la diputada Blanca Amelia Gámez Gutiérrez, por el estado de Chihuahua, y Guillermo Enrique Tamborrel Suárez, por el estado de Querétaro, quienes han decidido enfatizar en su trabajo legislativo el derecho a la identidad que tienen los niños y niñas mexicanos”.

En este sentido, abundó, los bebés son un grupo vulnerable que está a expensas de lo que hagan los padres, por lo que deben ser velados de manera efectiva por una institución facultada para tutelar sus derechos.

En nuestro país, el derecho a la identidad es un problema sobre todo para aquella mujer que busca que su hijo sea reconocido por el padre de éste. El trámite representa un proceso jurídico tortuoso y largo, del que por lo general se claudica.

Cortés Jiménez abundó que la ley no ayuda a incentivar la responsabilidad paterna, por lo que es necesario que al igual que en otros países existan en México reformas jurídicas que incentiven la responsabilidad paterna.

Informó que ya fue propuesta una iniciativa de ley ante la Cámara de Diputados enfocada a proporcionar igualdad entre padres e hijos.

La institución humana
En el discurso que Ana Teresa Aranda Orozco, presidenta del DIF nacional, expuso al presidente Vicente Fox, el cual fue proporcionado a este medio, se señala que para integrar el Diagnóstico de la Familia Mexicana se conformó el Comité Técnico de elaboración, donde participaron especialistas que aportaron los siguientes resultados:

La Comisión de Compilación, dirigida por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), integró un banco de datos que reúne la información cuantitativa sobre los hogares reflejada en censos, escuelas, investigaciones y diversos estudios efectuados en la última década, elaborando una análisis prospectivo de las tendencias y necesidades actuales de las familias.

En el documento también se señalan las comisiones de Marco Jurídico, Dinámica Familiar y Políticas Públicas. La primera es encabezada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y el Instituto Mexicano de Estudios Sociales, que han proporcionado las herramientas adecuadas para comprender el conjunto de relaciones intrafamiliares que constituyen y crean las formas de convivencia cotidiana entre los miembros de una familia.

Cabe señalar que en el diagnóstico se exponen dos realidades en la familia: ciertos fenómenos que las impulsan a generar redes, fortalezas y crecimiento, y otros que les impiden alcanzar su pleno desarrollo. Sin embargo, el significado esencial de la familia es uno mismo a través del tiempo, las culturas, las circunstancias y las creencias.

De acuerdo con Aranda Orozco, la perspectiva de la revisión monográfica de la dinámica familiar refleja que las instituciones, públicas y privadas, no han respondido con eficiencia a las distintas transformaciones de la realidad familiar, y estos supone desventajas.

Los profundos cambios al interior de la familia conllevan fortalezas y debilidades que no ha sido posible abatir. Mientras que las fortalezas son:
· La transformación de una familia autoritaria hacia una organización que le da importancia al diálogo y a la comunicación entre los miembros ante los problemas cotidianos.

· La familia ya no es sólo dirigida por la figura del padre.
Esto sugiere que es posible compartir roles entre varón y mujer dentro y fuera del hogar y que existe una mayor participación de los distintos miembros en la toma de decisiones, lo que facilita la integración de un proyecto común.

· La incapacidad institucional no ha limitado a la familia en la búsqueda de soluciones; sin embargo, ello ha ocasionado que la política del Estado aparezca ante la familia como inoperante y desunida. Esta realidad ha provocado un crecimiento en la conformación de uniones informales, lo cual conlleva un aumento de factores de riesgo y la falta de una protección adecuada por parte del Estado ante estas situaciones.

Relacionado con lo anterior, la Presidenta del DIF nacional indicó en su informe que las líneas de investi-gación no se agotan, en tanto que la familia es una realidad en continua transformación, los hechos que la rodean son dinámicos y su conocimiento a profundidad exige observarla desde distintas disciplinas.

Por lo tanto, actualmente está en curso una amplia y rigurosa investigación de campo con el apoyo de la UNAM, que brindará un acercamiento a las familias, en tres generaciones, para captar sus percepciones, los pro-blemas que enfrentan y los recursos que despliegan.

En la presentación ante el Presidente de la República, Ana Tere Aranda agregó que la labor realizada hasta hoy permitirá generar el capital social que México está urgentemente reclamando desde hace décadas.

La funcionaria también subrayó que el análisis realizado hasta la fecha no supone parálisis de su labor, y se reconoce que la investigación no es de suyo una maquiladora de soluciones inmediatas sino que es una radiografía de la realidad, por lo que se ha iniciado la construcción de directrices en la elaboración de la política pública con perspectiva de familia y de comunidad.

Finalmente, se indica que “la perspectiva de familia, las tareas insustituibles y la intervención del Estado no son ajenos a la tarea de la asistencia social, misma que asume la necesidad de actuar de manera preventiva, corresponsable y profesional y con ello erradicar viejos vicios como el paternalismo y el clientelismo”.

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