En opinión de Ruffo, deben ser candidatos los hombres o mujeres que tienen una trayectoria clara, y que en la vida buscan un propósito social y están comprometidos. Quieren a la gente o su ciudad, no andan “buscando hueso”.
Reporduce Elestatal.com entrevista con de la revista Zeta de Tijuana
No es una maldición priísta. Tampoco sentencia del perredismo o de cualquier otro partido. No. Lo dice un panista que conoce a su partido al revés y al derecho: Ernesto Ruffo Appel, el primer Gobernador que tuvo Acción Nacional en la historia de este país. Bajacaliforniano. Licenciado en Administración de Empresas y egresado del Tecnológico de Monterrey. Gerente y director y de empresas trasnacionales. Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) en Ensenada. Alcalde en esa ciudad (1983-86) y Gobernador (1989-95) cuando Luis Donaldo Colosio, desde el bunker del Partido Revolucionario Institucional (PRI) defeño, pronunció las históricas palabras después de las elecciones estatales: “La tendencia no nos favorece”.
Ruffo quiso ser Presidente del PAN nacional y lo bloquearon. De todas formas, apoyó la campaña de Vicente Fox. Hasta botas se calzó. Por eso lo nombraron Comisionado de la Frontera Norte.
Renunció. Con una frase, justificó su retiro: “Me atienden, pero no me entienden”.
Dedicado a la consultoría internacional, es el único ex Gobernador que trabaja. Pero se retiró poco a poco de Acción Nacional hasta no dejarse ver en la reciente campaña para presidentes municipales y diputados locales. Pudo ser un hombre que ayudara a convencer a los electores, mas su desilusión fue evidente.
Desde hacía tiempo, empezó a ver la degeneración política en su partido. Hasta el punto que el año pasado dijo a ZETA: “Al Partido Acción Nacional le hace falta perder”.
Eso y el retiro del equipo foxista, provocaron mayores simpatías para el ex Gobernador e irritación al interior del panismo. Un mes después de las elecciones locales, ZETA lo entrevistó.
Habló de cómo debe cambiar el PAN su forma para elegir candidatos. Alejarse de la cerrazón y abrir las puertas a los mejores hombres, aunque no sean militantes. Aquellos que sin credencial, tienen ideología panista y la practican públicamente. “Por ejemplo, yo soy del PAN y cuando fui a firmar, lo que me di cuenta es que yo era panista antes de haber firmado, por mi manera de ser, por mis valores, por lo que yo creo; o son los valores del PAN.
Entonces yo ya era panista desde antes, simplemente lo formalicé ante un grupo de personas al firmar mi solicitud de entrada al PAN. “Entonces siento yo que, si los partidos políticos, en este caso mi Partido Acción Nacional, selecciona precandidatos, los pueden tomar tanto de adentro como de afuera del PAN mientras tengan trayectoria”.
Definitivamente, la forma de selección debe cambiar. “Yo creo que es de las reformas más importantes que necesita el PAN”. Muy a su manera, Ruffo dijo que “para empezar un proceso, hay que registrarse como querendón:
¡Yo quiero ser candidato!’. Ah bueno, entonces eres precandidato…”. Pero resulta que no. Que solamente se pueden inscribir quienes son panistas con registro y curriculum político. Lo malo es que, entonces, esos precandidatos de partido empiezan a “vender” posiciones: “Apóyame para yo pueda ser candidato. Si llego y luego gano la elección externa, entonces eres de mi equipo”. Entonces, según Ruffo, es una transacción para beneficiar al precandidato y elector interno panista, no a la comunidad. Por eso el ex Gobernador justifica la abstención.
En la elección de agosto primero, apenas votó el 35 por ciento de los empadronados. Pero es que “los partidos políticos, por un lado, ya no motivan a la población y los candidatos tampoco”. Eso es el reflejo de los intereses en el PAN, no de la comunidad.
En opinión de Ruffo, deben ser candidatos los hombres o mujeres que tienen una trayectoria clara, y que en la vida buscan un propósito social y están comprometidos. Quieren a la gente o su ciudad, no andan “buscando hueso”. En el reciente proceso electoral, ZETA mencionó como posibles buenos candidatos a los empresarios Arturo González Cruz, Ramiro Cárdenas o Rodrigo Valle. “A esos me refiero -dijo Ruffo-, pero también hay otros que tienen una perspectiva deportiva o en medicina, otros la tienen en construcción”.
Pasadas las elecciones de agosto, se habla más intensamente de candidatos a Gobernador para 2007. Se menciona a Héctor Osuna Jaime y José Guadalupe Osuna Millán. ¿Entonces hay que pensar en otros? Ruffo no es tan tajante: “Hay que buscar a otros.
No estoy descartando a los que ya están adentro, sino que quiero agregarle la salsa y el sazón de aquellos que traen una exposición ciudadana. “No es qué tanto estés adentro del PAN, sino qué tanto puedes tú servir a los demás, porque éste es un acto de entrega”. –Después de las elecciones, veo un panorama donde el PAN se viene abajo, se recupera el PRI. En el ánimo popular ya se habla de que el PRI va a ganar la gubernatura en 2007, y por la situación en que está el Gobernador del Estado, ya sabe que la va a perder.
¿El PAN ! la puede ganar si cambia como tú dices? “Claro. Yo lo que veo es que si la gente se entusiasma con alguien, gana, aunque tenga todas las probabilidades en contra. ¿Qué pasó conmigo? Ni me conocían en Tijuana y en Mexicali, y no había ni siquiera padrón electoral confiable. Y gané. La diferencia fue el entusiasmo ciudadano”. Esas divisas de motivación y entusiasmo son difíciles de encontrar.
Justificó el triunfo de Jorge Hank porque tuvo una reacción más grande a favor de él, que no fue por entusiasmo. Fue por el trabajo de campaña hecho por los del equipo, y que les costó mucho dinero. Tradicionalmente, el PAN ganaba por un interés no comprado. Ruffo recuerda los tiempos románticos de Acción Nacional. “Yo los admiro por eso, porque no tenían probabilidad del ganar. Eran los mártires del voto, los místicos del voto, pero allí estaban”.
Aseguró que cuando era niño, vio un gran derroche del PRI en las campañas y le preguntó a su papá contra quién competían. Cuando le dijo que contra el PAN y supo que eran muy poquitos, entonces quiere decir que tenían mucha convicción. “Había un PAN romántico. Creían en las elecciones aunque se las robaran. Volvían a competir. Entonces le agregaron un ingrediente práctico: Vigilar las urnas. Fue como llegó el triunfo”.
Apareció “un montón de gente nueva que se quería inscribir en el PAN. Les abrieron las puertas a todo mundo”. Lo malo fue que empezaron a calcular. “Si Ruffo termina de Gobernador o se va Osuna, ¿luego dónde me voy a quedar yo?”, empezaron a pensar en sí mismos. En su chamba. “Eso empezó a cambiar aquel PAN romántico y místico”, señaló Ruffo.
Empiezan a perder de vista al pueblo. Hacen un partido para los panistas y no un PAN para los mexicanos. Por eso, en estos momentos y pensando que el PAN debe ganar las próximas elecciones, el Gobernador Eugenio Elorduy debe hacer una administración para todos. No importa quiénes sean o a qué partido pertenezcan.
Guardar una relación de total autonomía entre el Gobierno y el! partido, “porque aquí lo que precisamente nos trae problemas, es el PAN-Gobierno o el Gobierno-PAN.
Los partidos no son dueños del Gobierno, el Gobierno es de los mexicanos”. –Tú ya tienes todas las experiencias, nos hablas de lo que se debe hacer, pero en los próximos tres años, ¿vas a ser un militante más o le vas entrar al partido? “Yo soy un militante más, estoy tratando de que el PAN se dirija nuevamente a ser un partido de la gente, pero yo sé que estas tareas no son una labor para una sola persona. Muchos me lo piden pero yo les digo: Ya cumplí con mi parte, además yo quise dirigir el partido en 1996 y ustedes me dijeron que no’. Entonces allí me sentí liberado de la obligación moral”.
“Sin embargo, no dejo de pensar en mi país ni el PAN, y quiero que las cosas se hagan mejor, pero yo ya no las puedo encabezar porque ya me dirigí a otras responsabilidades, a mi familia, a mis hijos, a mi esposa, a mis negocios, a mis trabajadores. Ya no puedo andarles cambiando nuevamente, ! como lo hice antes.
“Creo que si hay gente que le quiera entrar a cambiar al PAN, yo les voy a entrar con ellos, pero no me voy solo. Si no hay más gente que esté igual de inquieta, quiere decir que el que anda mal soy yo. Tiene qué haber gente que crea que lo que estoy ahora explicando, tiene sentido, si no sería otra versión más de otro que quiere quedarse con el PAN”.
–¿Tendrías qué luchar contra el Gobernador? “No es una lucha en contra del Gobernador, esto es una lucha de la evolución política nacional, donde lo que estamos tratando de encontrar es el rumbo. Por ejemplo, debo decirlo y a mí me cuesta decirlo, me preocupan la señora Marta y el señor Presidente. Son amigos míos, pero creo que no se llevaron las cosas a la manera como me hubiera gustado”.
–¿Volverías al partido a dirigir? “No, pero a convencer a muchos para que el PAN institución sea lo que debe ser, sí. Buscar gente, buscar que los procedimientos electorales internos del PAN se mejoren”.
–¿Hay un tiempo para que empieces a ver el PAN? Ayer, hoy, mañana… “Ya”.
–Cuando hablamos de cambiar el dirigente… “Yo creo que el liderazgo trae impresos sus propias peculiares características, nuevos liderazgos deben traernos nuevas características”.
–¿Hacen falta nuevos líderes? “Pero con buen rumbo, no nada más ser popular o iluminar. Hay que traer rumbo, hay que traer una clara visión de hacía dónde se va y cómo estar nutriendo esa visión con la participación de todos los demás”.
–¿Si te agarraran como “ancla” o “gancho” y te lanzaran para Senador de la República? “No, interés de irme a sentar allá a las juntas maratónicas, que con todo respeto les digo a los señores senadores que no hacen nada, para qué me voy a perder el tiempo allá.
Es más valioso lo que estoy diciendo ahora y tratar de organizar al PAN como yo me lo imagino, y claro, cumplir con mi trabajo y mi familia. Es más valioso eso que ir a perder el tiempo a México”.
–¿Buscarás gente para los próximos cargos? ¿Sugerirás? “Yo no ando buscando a persona en particular, porque si quiero que este funcione, no debo casarme’ con alguna persona en exclusivo. Lo que quiero es que se cree un sistema, un procedimiento nuevo; y sí me voy aliar con cuantas personas quieran hacer esto, pero yo no lo quiero dirigir o encabezar, o ser el gerente de la reforma. “Simplemente, si esto crees que es el problema que debemos de reformar, pues vamos organizándonos, pero necesito ver colaboraciones de muchos y yo no voy a ser el jefe. Lo que sí dejo claro, me voy a poner muy activo en participar en las ideas del rumbo.
–Podríamos decir, aunque se sienta extremista, ¿o cambia el PAN o pierde el PAN? “Sí. Concluyéndolo, si no es consciente de su propio problema, se va a morir”.