“… hay confusión en el propósito, de que no tenemos claro los panistas a dónde vamos, porque estamos ubicando nuestros propósitos en el ámbito meramente electoral. Ese es el peor error que nos puede pasar, porque eso no es el PAN.. . “
Ramón Galindo analiza la derrota.
 
Hace nueve años, semanas después de perder la contienda por la gubernatura de Chihuahua, Ramón Galindo Noriega dijo que al partido le hacían falta liderazgos, pero sobre todo, reconsideraciones básicas, como entender los reclamos ciudadanos. Lejos de aplicarse en ello, el PAN eclipsó sus propósitos institucionales con la ambición del poder, dice hoy, cuando la derrota electoral desata una nueva cadena de interrogantes internas. El senador advierte, también, la condición suicida en la que peligrosamente se han colocado al insinuarse candidaturas para el 2010. Eso no solamente es suicida en el contexto que se tiene, sino mezquino, dice Galindo.

Esta es la charla completa del día siguiente.

-Ramón, qué pasó en estas elecciones, cuál es tu lectura

-El día de hoy  hablé precisamente con el presidente estatal del partido, Fernando Álvarez, y comentábamos sobre las interpretaciones que se le dan al resultado; no están listas todavía, estamos trabajando en ello. Habrá una serie de análisis y de estudios para ver qué es lo que pasó, porque así como en algunos lugares nos fue muy mal, como en Juárez, en otros lugares nos fue muy bien. Recuperamos algunos espacios que los teníamos perdidos desde hace mucho tiempo. Recuperamos Parral, Camargo, Ojinaga, perdimos Cuauhtémoc, retuvimos por escaso margen la capital de Chihuahua.

Entonces, como que diferentes resultados dicen una cosa en unos lugares y otra en otros. Estamos revisando, pero evidentemente nos llama mucho la atención que sea el PAN el partido en el gobierno, y que esté teniendo muchos problemas para ganar elecciones en Yucatán, por ejemplo, o teniendo elecciones muy competidas en Baja California aún con los problemas de Hank Rhon, o que en Durango hayamos tenido resultados tan deficientes, aunque en Zacatecas los resultados son interesantes, porque vamos a gobernar ahora nosotros. En fin, vamos a revisarlo, aunque siento que todo tiene qué ver con el desgaste público de los partidos políticos.

-Acabas de decirlo: gobiernan el país, dominan el Congreso, coronan espacios en zonas de la izquierda, como Zacatecas y muy posiblemente Michoacán, sin embargo el desgaste regional, en el caso concreto de Chihuahua, formó parte de tu análisis hace nueve años, cuando perdiste la gubernatura, ¿qué pasó desde entonces, porqué se mantuvo esa condición estática?

-No sólo se mantiene estática, sino incluso ahora es más dramática la situación. Yo quisiera comentar que, independientemente de los resultados electorales, el PAN sufrió un cambio muy radical: de ser 60 años oposición pasó a ser un partido que entra a gobernar por segunda vez el país, que entra en una atmósfera de relaciones incluso internacionales, con fuerzas políticas americanas y europeas de otro nivel, y de pronto ese salto enorme, dramático para el PAN, nos agarra un poquito en sorpresa.

Muchos panistas, incluido yo, estábamos seguros que nos íbamos a morir sin ver nunca a un presidente municipal del PAN. Pero lo más importante era que no importaba, porque las motivaciones y los propósitos eran otros. Yo pienso que hoy estamos pagando un precio muy alto por el ejercicio del poder.

Hemos tenido que venir aprendiendo a partir del dolor, a partir de la caída, a partir de penas, y en el transcurso del aprendizaje hemos pagado un precio alto. Y el precio alto no es perder las elecciones, sino desdibujarte.

-Puede hablarse de aprendizaje cuando en Juárez tienen 25 años gobernando, así sea de manera intercalada.

-Me preguntaban cuando tuvimos Juárez, después de gobernar 12 años, porqué habíamos perdido. Y yo comentaba y lo repito: porque para comenzar nada es para siempre, qué bueno que así sea. El PAN, también cuando ya tiene 12, 18 años en el poder –y hay municipios en donde tenemos 21 años gobernando ininterrumpidamente-, también empezamos a cometer errores.

Cuando nosotros exigíamos del PRI alternancia, respeto al voto, democracia, no es nada más una situación unilateral de exigirlo cuando estamos en desventaja sino también darlo cuando estamos en ventaja. Por lo tanto yo no ubico el aprendizaje o el dolor en la pérdida de elecciones. La perdida de elecciones puede ser incluso la gran oportunidad del PAN y de cualquier partido, de refrescar su presencia y de corregir sus errores.

-Sin embargo hay puntos interesantes, en el caso concreto de Juárez: es un municipio que siempre se disputó palmo a palmo con el PRI y aquí tenemos un par de elecciones consecutivas en las que esa ventaja pequeña va creciendo. Y en una plaza en la que se ganaba por 5 ó 7 puntos, saltar a 12 y 14 por ciento, acompañado esto de una votación cada vez más pobre, ofrece un indicador que refleja la pérdida del el PAN más que del PRI.

-Las lecturas son muy variadas y el hecho de que haya votado menos del 40 por ciento tiene lecturas que deberán tomar en cuenta todos los partidos, y precisamente es la parte a la que yo me quería referir, más que si ganamos o perdimos la elección. El PAN ha venido confundiendo su camino, totalmente. El PAN ha venido equivocando los propósitos a partir de que comenzó a ganar elecciones. Por ejemplo, no solamente estamos perdiendo elecciones, aunque ganemos algunas otras, sino además de eso estoy observando que panistas de liderazgo bastante regular están de pronto tomando la decisión de abandonar al PAN. Y abandonar la trinchera para irse a la trinchera contraria, como fue nuestro precandidato a alcalde en la ciudad de Chihuahua o como panistas de Juárez de muchos años, habla de que hay confusión en el propósito, de que no tenemos claro los panistas a dónde vamos, porque estamos ubicando nuestros propósitos en el ámbito meramente electoral. Ese es el peor error que nos puede pasar, porque eso no es el PAN.

-¿Y eso obedece a una sucesión de malas presidencias nacionales?

-Obedece a que no hemos tenido los liderazgos que el PAN ha necesitado para sus nuevos tiempos, y ahí entramos todos: entra Ramón Galindo, entran todos los panismos. Como que los liderazgos no han estado paralelos, como si nos quedáramos en otro momento y eso nos ha venido acarreando una serie de descalabros que más vale que aprendamos pronto a reconocerlos porque nosotros no vamos a tomar, como el PRI, 70 años para deteriorar nuestra presencia política. Nosotros vamos a ser mucho más rápidos. Más nos vale que entendamos que tenemos que hacer una reflexión muy autocrítica para aclarar los rumbos, como lo dice mi buen amigo, el ex senador César Jáuregui: ‘no hay viento a favor para quien no sabe a dónde va’.

-En 10 años esta búsqueda de líderes me parece una constante en la que no hay resultados positivos. Los líderes emergentes son francamente débiles. Cómo puede reaccionarse cuando se está tan cerca de una contienda fundamental como la del 2010.

-El PAN ha resistido por razones de inercia el proceso de renovación de sus cuadros, y si observamos los nombres que la gente tiene en su mente, como líderes del PAN, son los mismos de hace 20 años. Si sales y preguntas a la gente quiénes son los líderes van a nombrar a tres-cuatro y no van a salir de ahí, Incluso nuestro candidato, que es muy buen candidato y que hubiera sido muy buen alcalde, es gente poco conocida.

El tipo de presencias nuevas que miramos en el PAN deben ser presencias no solamente a nivel de candidaturas, necesitamos líderes que estén pensando en los propósitos de largo alcance, en los propósitos de fondo, en el trabajo raíz. En este momento, lo digo con todas sus letras, da la impresión de que los propósitos del PAN son totalmente electorales.

Este fenómeno se da porqué estábamos ganando elecciones; cuando no ganábamos elecciones era cuando teníamos muy clara la mística y la filosofía cristiana y humanista de Acción Nacional, pero cuando comenzamos a ganar se empieza a desvirtuar el objetivo.

Entonces, yo no veo tan mal que suframos descalabros. Creo que en todos los partidos es necesario perder para hacer un alto y un ejercicio muy exhaustivo de reflexión y no perdernos del sendero original.

-Y qué pasa al interior del partido, porque a los ideólogos suelen denostarlos, hay una carnicería interna que suele replegar a esos líderes que, tu lo has dicho, necesitan en el PAN.

-La carnicería electoral ha sido tan intensa que ha secuestrado incluso a los liderazgos, a los pocos liderazgos que hemos tenido, y esto demuestra la tesis de que hoy ha sido más importante el propósito efímero y superficial, epidérmico de la elección, del gobierno, que el propósito de construir una sociedad armónica. Y ha sido tan débil la presencia de los nuevos liderazgos, y de los viejos también –yo soy uno de ellos- que la carnicería electoral nos ha llevado en la ola al grado de hacernos parte de esta guerra tan destructiva al interior del PAN.

Ojalá que con estos resultados, con esta nueva realidad, tengamos la humildad de sentarnos a platicar y estar trabajando ya no solamente en cuestiones electorales sino definiendo el propósito que no debimos nunca haber dejado.

-Hay una costumbre de anticipar demasiado las candidaturas y suelen colocarse en la línea de partida dos o tres personajes. De hecho hay apuestas sobre quiénes pueden ser los próximos candidatos al gobierno del estado y en el caso del diputado César Jáuregui, él ya expresó sus intenciones de buscar la alcaldía de Juárez. En un contexto como el que describes, ¿eso es peligroso?

-Es fatal. Es un asunto de vida o muerte. Lejos de hablar de candidaturas, el PAN debe hablar de concepciones político-partidistas, debe olvidarse de candidaturas ahorita, debe de reagrupar a sus liderazgos, debe generar un plan de crecimiento, debe entrar a las universidades, debe entrar a las maquiladoras, al campo, a las zonas urbanas que no ha entrado y redefinir muchas cosas. Hablar de candidaturas ahorita y estar pensando quién va a ser el próximo abanderado es suicida. Es exactamente lo que nos ha venido afectando.

-Ya dijimos que esto mismo se pensó en el 98. Mi pregunta es, cuánto debe durar un análisis en una ruta tan breve, que marcan dos años, y cuánto la operación para concretar ideas básicas que les permitan un partido más sólido.

-No sé cuánto tarde esto, pero eso debe quedar definido este mismo año para comenzar a trabajar con un nuevo aliento, con un nuevo momento de Acción Nacional, como un partido más maduro. Que trabaje incluso propuestas sin candidatos. El PAN debe comenzar a desarrollar tesis sobre desarrollo local, comenzar a difundirlas y plantearlas en relación, por ejemplo, a cómo creemos que debe desarrollarse la economía.

El PAN debe tener una propuesta en materia de salud, en materia de educación, en materia de desarrollo urbano, en materia de desarrollo en el campo. Eso define el qué, y meternos ahorita en una dinámica de ver candidaturas hasta mezquino sería: Oye, el PAN no acaba de perder una elección cuando ya está pensando quién debe ser su candidato. Lo que debe pensar el PAN es cuál es su oferta política: qué es lo que le falló, qué es lo que no hizo bien. Tuvimos muy buenos candidatos, en Delicias, que se quedaron a mil votos de ganar; aquí mismo Sergio Pedro, que es un tipo que me cabe la certeza total de que fue el mejor candidato y bueno, no ganamos.

El debate es, entonces, qué somos, hacia dónde vamos, y quiénes vamos a impulsar ese proyecto. Y creo que nos fallan las tres cosas en estos momentos: no estamos seguros quiénes somos, no estamos seguros a dónde vamos ni estamos seguros cómo lo vamos a lograr porque todo se reduce a lo electoral y eso es un error que los liderazgos locales y nacionales debieron haber visto desde hace muchos años y debieron haber actuado en consecuencia.
 

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